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PROF. FRANK E. RIVAS T. FACES ULA. DOCTORADO EN CIENCIAS CONTABLE. SEPTIEMBRE 2011

domingo, 30 de octubre de 2011

Los Sindicatos y la desarticulación de la clase obrera. Por el autor Richard Hyman.

Participante: Lic. Zulay Camacho

En la década de los setenta, el análisis teórico de los movimientos sindicales estaba fuertemente influido por las perspectivas de intercambio político y de mediación neocorporativista de intereses, estas relaciones neocorporativas transmitían una “posición reconocida públicamente”, sin embargo las afirmaciones de los sindicatos en el sentido de que ellos representaban a los trabajadores se veían con escepticismo. El conjunto de los sindicatos constituyera un mediador legítimo y verdadero de los intereses de la clase obrera; y el aumento en las tasas de afiliación a los sindicatos parecía un símbolo de su credibilidad como representantes, el reconocimiento externo de su legitimidad, como mediadores de la clase obrera.
            Según Müller-Jentsch (1988), los sindicatos de los años ochenta han enfrentado tres crisis: de agregación de intereses; de lealtad de los empleados; y de representatividad, además de estar interconectados, estos tres temas se vinculan a una cuarta crisis: la esclerosis de las organizaciones. “Los movimientos como el sindicalismo tienen una historia de vida: infancia, juventud, madurez, vejez y muerte” (Touraine, 1986: 157). Pero los sindicatos han generado procedimientos de rutina y sistemas internos de intereses creados que se resisten a los cambios radicales que las nuevas circunstancias exigen.
            Sin embargo, el tema principal que plantea el autor de este artículo, es el problema de la agregación y la desagregación de intereses. Muchas de las dificultades en que estuvieron inmersos los sindicatos en los años ochenta fueron atribuidas a la creciente diversificación –o, más bien, al conflicto- de intereses dentro de la clase obrera de cada país.
Para abordar este tema el autor explica los siguientes conceptos. La definición de desagregación se puede explicar a través de una serie de procesos interdependientes: 1. Un viraje del colectivismo hacia el individualismo, reflejado en el descenso de las tasas de afiliación a los sindicatos; 2.Una polarización dentro de la clase obrera ( entre los de adentro y los de afuera);3.Un creciente particularismo de las identidades y proyectos colectivos desde el punto de vista del empleador, la ocupación y el sector económico o industria; 4.La fragmentación dentro de la “clase obrera organizada” expresada en conflictos intra e intersindicales, y en un debilitamiento de la autoridad de los liderazgos nacionales y las confederaciones centrales.
            El diagnóstico en las tendencias desagregativas que afecta a todos los movimientos laborales de debe a: baja en las tasas de afiliación, en la influencia y la eficacia, o en ambas; un repliegue del los programas “solidarios” tradicionales; un vació por la falta de integración entre política y estrategia.
La metodología empleada por el autor para el desarrollo de esta inquietud científica es el análisis dialéctico: tesis-antítesis-síntesis, o sea en la dialéctica de Hegel , la antítesis forma junto con la tesis una síntesis. En este sentido, el investigador Hyman R. (1996), para explicar  las tendencias anteriores, presenta en primer lugar un  examen de los argumentos que subrayan a  desagregación y sus efectos en el sindicalismo; en segundo lugar, presentar un resumen de los argumentos en contra; y por último, breve y tentativamente, desarrollar una síntesis de las posiciones en conflicto.
Tesis: desagregación, división y el fin del sindicalismo solidario. Los argumentos respecto a la existencia de un creciente proceso de desagregación y división pueden agruparse en tres amplias categorías: la primera se refiere a los problemas coyunturales de la estagnación y la recesión económicas; la segunda, a los cambios ocupacionales y sectoriales de largo plazo y  a los cambios en las políticas administrativas y en la organización de la producción; y la tercera, al surgimiento de tendencias culturales, institucionales, ideológicas y políticas más difusas.
Antítesis: argumentos y tendencia en contra. En este sentido la contraposición del autor plantea, que para muchos críticos, el diagnóstico de una crisis de la agregación de intereses esta hipersimplifido, hipergeneralizado y es demasiado determinista, por otra parte, los argumentos en contra, la verosimilitud de la tesis de la desagregación depende de manera importante de una visión mitologizada del pasado, por lo tanto, los sindicatos se desarrollan sobre la base de la segmentación del mercado de trabajo y al mismo tiempo refuerzan esta segmentación. Continua expresando el autor que quien lleve un hilo histórico de los sindicatos, se dará cuenta de la escasa originalidad de la tesis de la desagregación. Y es mas apunta que la heterogeneidad y el desarrollo desigual siempre habían sido característicos de las relaciones económicas capitalistas.
 Con relación a los cambios ocupacionales y sectoriales, Hyman plantea que estas han sido muy diferentes según el contexto de cada país.
Ahora bien, señalando el viraje del colectivismo al individualismo, es discutible en tanto resulta una interpretación unilateral de un conjunto de procesos culturales complejos y variados. Este individualismo plantea el investigador puede verse como un reto, sino también como una oportunidad para los sindicatos.
También se puede cuestionar la tesis de que los cambios sectoriales y ocupacionales en el empleo son una fuente inevitable de debilidad y decadencia sindical, en este sentido no hay razón señala Kelly (1990:34), para suponer que las “nuevas” categorías de trabajadores están predispuestas de manera inherente contra la organización colectiva, en consecuencia, una mayor diversidad de las organizaciones no necesariamente implica una fragmentación.
No obstante, desde una perspectiva diferente, la reestructuración del empleo, puede verse como un poderoso impulso hacia la renovación del sindicalismo, hacia nuevas demandas de negociación colectiva, nuevos métodos de organización, acción, y nuevos formas de democracia interna.
¿Hacia una síntesis?
La unidad, en opinión del autor, no se puede imponer de manera artificial ni burocrática. A pesar de las circunstancias adversas, opina el investigador, que sigue habiendo un espacio para las iniciativas estratégicas de los movimientos laborales y dentro de ellos, de manera que sea posible contar con nuevos medios para trascender las divisiones y construir los intereses comunes.
Conclusiones
La tesis de la desagregación parece conjuntar muchos rasgos de los aprietos (¿la crisis?) del sindicalismo en la década de los ochenta, los cuales se aprecian por el descenso en las tasas de afiliación, eficacia reducida, conflictos inter e intrasindicales, un “vacío de orientación” (Offe, 1985) al responder a los desafíos que plantean las épocas actuales y difíciles.
La antítesis, se argumento  supone, por encima de todo lo demás, es que los sindicatos poseen un margen de elección  al responder a los cambios y retos del capitalismo de finales de siglo XX.
Síntesis lo que ciertamente se requiere es una nueva lógica, para la solidaridad de los trabajadores. Desarrollara modernas formas de solidaridad es una tarea colosal aunque no imposible; puede ser prematuro decirle adiós a la clase obrera – o al movimiento laboral-  en el mundo.

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